Crónicas de los Reinos Olvidados

Para facilitar la navegación en el blog, armé un pequeño menú con las entradas más importantes. Hay un índice para localizar los resúmenes de las partidas, una sección para describir a los Héroes y los Personajes Secundarios, y una sección con información del mundo y su historia.

Episodio 5: La Princesa de los Kobolds

Una vez recuperados y equipados, los héroes partieron hacia el sur con destino a las Montañas de los Wyverns. El villano Rak´Gul los esperaba allí con todo un grupo de orcos, ogros, y wyverns entrenados; pero si lo derrotaban podrían descubrir lo que tramaba la Mano Roja.

Al llegar se cruzaron con un kobold herido. Se presentó como Kardra, capitán del ejército de la Nación Kobold, y líder del grupo destinado a rescatar a la "Princesa de los Kobolds". Al parecer la Mano Roja estaba manipulando los hilos de la Nación Kobold reteniendo a la princesa de rehén.

Los héroes y Kardra derrotan a Rak´Gul y liberan a la Princesa Arta, que resulta ser un Dragón Verde.



La Historia de Arta

Arta explicó lo que los héroes ya sospechaban, y proyectó luz sobre otros misterios. Cuando era apenas un cachorro Arta le preguntó a su madre por qué los dragones vivían ocultos en los confines del mundo, encerrados en sus cubiles, o exiliados en tierras lejanas. Su madre le explicó que miles de años atrás, una gran tragedia sacudió el mundo y puso en peligro a los dragones. Algunos acudieron a la llamada de la guerra, pero la mayoría decidió escapar y recluírse. Con el tiempo, los dragones aprendieron a vivir en soledad. Llevaron vidas tranquilas y poco supieron de lo que ocurría en el mundo.

Cuando Arta tuvo edad suficiente abandonó la cueva de su madre y buscó su propio cubil. Encontró uno agradable en las montañas del noreste, donde muchos años después se establecerían los kobolds.

Arta era muy curiosa y no aceptaba la idea de vivir oculta, habiendo tantas maravillas para ver en el mundo. En uno de sus viajes descubrió a los kobolds, y de inmediato sintió aprecio por esa tribu de seres débiles, pero ingeniosos. Se disfrazó como una chamán de su raza y logró que los kobolds se unieran. Con su ayuda, Arta logró que los kobolds formaran una gran Nación, y atrajo también a orcos, gnolls y ogros.

Todo iba bien hasta que la Mano Roja apareció. Unos gnolls traidores la engañaron y le pusieron el grillete mágico, que inhabilita la habilidad de cambiar de forma. Capturada, los kobolds quedaron a la merced de manipuladores y espías, que los impulsaron a guerrear con otros reinos.

El tiempo que estuvo en cautiverio escuchó a Rak´Gul y lo interrogó usando su astucia de Dragón. Así descubrió que la Mano Roja es una cobertura, o tal vez un grupo manipulado por otro más terrible: los Druchi.

Arta recuerda leyendas que le contaba su madre sobre los Druchi. Eran más antiguos que muchos de los más antiguos dragones, y su maldad no conocía límites. Los Druchi eran guerreros imbatibles, sanguinarios y desalmados. Fueron desterrados por los Reyes-Dioses de la antiguedad, y nunca más se supo de ellos.

Al menos hasta ahora.

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Ese fue el relato de Arta. La dragona prometió solucionar los problemas en la Nación Kobold manteniendo el secreto de su sangre.

Antes de irse, Arta sugirió a los héroes que busquen a los "Guardias Grises", ya que ellos eran los más nobles héroes del mundo. Cuando afirmaron que trabajaban con ellos, ella respondió: "Entonces todavía hay esperanzas".

Interludio: La Princesa Mimada


Haciendo una pausa en Birmania para recuperarse, el grupo cena en una taberna llamada "La Princesa Mimada". Allí descubren que alguien había envenenado la comida. Poco a poco los clientes empezaron a morir, y las sospechas pusieron a todos con la espalda en la pared.

Atrapados en la Taberna, los héroes pasan la noche investigando y resolviendo el misterioso crimen que casi se cobra sus vidas.

Los Héroes

Balthazar von Krakenhauss

Poco se sabe de este misterioso mago. Algunos bardos cuentan la historia de un vagabundo que llegó al pueblo de Duringam, en las cercanías de Birmania, y supo que un terrible demonio se había apoderado de los cuerpos de un colegio de magos. Sin mediar palabra, el vagabundo se enfrentó solo a todo un contingente de poderosos hechiceros y los derrotó a todos, liberando sus almas y condenando al demonio al olvido. Muchos coinciden que ese mago se llamaba Balthazar.

A veces visto como héroe, otras como símbolo de mal aguero; Balthazar cruzó su camino con los Guardias Grises y se unió a ellos a cambio de tener acceso a la biblioteca arcana del grupo. Con acceso a semejante conocimiento místico, Balthazar podría obtener todo lo que estaba buscando.


Andriu, Espada del Anochecer

Como dicta la ley del imperio nogardiano, en cuanto Andriu demostró poseer condiciones para la magia fue reclutado en el ejército. No fue hasta la Batalla del Bosque de las Almas que Andriu pudo probar su valía como soldado, manteniendo una posición de gran valor estratégico contra una horda de sectarios del culto de Thanos.

La hazaña le valió un cargo político dentro de la 7ma Legión y un futuro acomodado. Sin embargo, Andriu había cambiado. La batalla que lo colmó de gloria también lo marcó profundamente. Así, un día, Andriu abandonó la Legión y decidió viajar en busca de respuestas.


Liam Cromstrom, el Cazador de Piratas

Capitán retirado del ejército de Avalon. Ganó su renombre de "Cazador de Piratas" durante la Guerra del Arrecife en 1712, pero se retiró finalizada la guerra. Muchos recuerdan a Liam como un pájaro de mal aguero, porque todas las batallas donde estuvo resultaron ser largas y sangrientas.

Se convirtió en mercenario, y se lo ha visto acompañando a distintas figuras de la familia real, como así también comerciantes y reconocidos criminales. Su destreza en combate es admirable, y su frialdad mercenaria es digna de confianza. Sin embargo, se sabe que hizo muchos enemigos en la guerra contra los piratas, y son pocos los que se atreven a compartir siquiera una cerveza con él.


Valterra, el Escudo de Eriad

La luz del sol, el Ojo siempre vigilante de Eriad, se refleja en la armadura de Valterra como un escudo contra el mal. La Iglesia de Eriad es la más popular en los Reinos de Aden, y sus Sumos Inquisidores envían misioneros a todas las esquinas para promover la palabra. Valterra era una de esas misioneras, pero algo sucedió en sus viajes que la desvió del camino.

Pero Eriad no la abandonó, y aunque su armadura esté vieja y abollada, y su rostro muestre las cicatrices de una vida llena de sacrificios, el fuego de sus ojos refleja el poder del sol. Ella es un faro de esperanza para los desamparados, incluso aunque ella misma oculte una siniestra oscuridad.