Los héroes parten a Birmania para descubrir lo que pasa en la frontera con la Nación Kobold, en el medio sufren ataques de bandidos, de monstruos y soldados corruptos. Terminan en una taberna donde escuchan a una cantante de las Provincias del Río entonar “El trágico romance de Archalon y la Princesa de las Flores”.
La canción hablaba de una época pasada, cuando los dioses caminaban por la tierra y gobernaban los Reinos Olvidados. Eldamri Señor de las Frondas, uno de los reyes-dioses de los elfos, había forjado amistad con Archalon, un poderoso y sabio dragón. Eldamri tenía una hija llamada Lidia, pero todos la conocían como La Princesa de las Flores, porque tras sus pasos las flores crecían, la hierba se humedecía y los pájaros despertaban y cantaban.
Hechizado por su belleza, Archalon raptó a Lidia y se la llevó a su torre. Eldamri estalló en cólera y atacó la torre del dragón, y de esa violenta lucha la tierra se hundió y se quebró. Donde estaba la torre se formó un enorme cráter, Archalon cayó derrotado y Lidia corrió hacia él ahogada en lágrimas. Cegado como estaba por la ira, Eldamri no comprendió que su hija estaba enamorada del dragón. Lidia lloró durante años, y así fue que se formó el lago Calahand, que sirve de entrada al reino de Silvania.
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